La calidad de vida de los vascos y las vascas se ha incrementado sustancialmente. De eso no cabe duda. Lo admiten hasta los de la oposición, que ahora se marcan como máxima prioridad construir una TERCERA línea de metro en Bilbao. Y es que nos hemos vuelto megapijos. Y si no, que se lo pregunten al alcalde de la localidad vizcaína de Izurtza, cuya máxima preocupación es que los perros de la localidad sean "liberados al menos durante tres horas semanales".
Al edil izurtzarra se le ha ocurrido la genial idea de dictar una ordenanza municipal sobre "tenencia y protección de animales domésticos". Con todo el respeto debido a los bichos, cuesta creer que las aceras, las carreteras, la iluminación o los equipamientos deportivos sean perfectos. Pues no, lo que más preocupa es que los perros, porque nada se dice de que pollos o cerdos no se merezcan el mismo tratamiento que los canes.
Continúa la ordenanza: "La longitud del sistema de sujeción a la atadura deberá ser superior a diez veces la longitud del animal". Y luego dirán que el tamaño no importa. Salvo en Izurtza, aunque cabe preguntar al alcalde si la longitud se debe medir la cola o no. Y luego habría que precisar qué cola, claro. Aunque también cabe preguntarse si la normativa se aplica sólo para ir "de caserío a caserío".
Euskadi va bien, claro está. Si la máxima preocupación de nuestros políticos es el tamaño de las correas con que sujetamos a nuestras mascotas, eso significa que hemos solventado el resto de los problemas. Eso sí, con permiso de las viviendas de Madrazo, porque suponemos que en Izurtza la vivienda está por los suelos.
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