Elecciones vascas

Querido Olentzero: Hace unos meses que no sé nada de ti. Desde que nos tomamos aquellas merecidas vacaciones en Benidorm no hemos vuelto a hablar. ¡Y mira que lo pasamos bien! ¿Recuerdas aquellas dos suecas que conocimos en la playa y nos llevamos al hotel? ¡Ay, viejo verde, nosotros sí que sabemos divertirnos!. Por cierto, ¿tienes el número de Erika? No lo encuentro por ningún lado. Sé que me queda un poco lejos de la ruta, pero me gustaría pasarme por su casa para tomar un refrigerio y foguearme un poco. Últimamente ando con ganas, tú ya me entiendes.

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Te cuento que el tripartito del Gobierno Vasco me ha obligado a sacarme un perfil lingüístico, el Perfil 2 de deshollinadores y mineros. Me dicen que debo tener una base sólida de batua, que mi variedad de euskara no hay por dónde cogerla y que no me entero al leer las cartas de los abertzales. Parece ser que les dejo muchos calzoncillos y calcetines y luego resulta que no es lo que piden. Todos creen que es una falta de capacidad lectora que me hace interpretar mal lo que leo, menudo chiste. Lo que pasa es que sus mujeres cada año tienen menos imaginación. O eso o que aprovechan para comprar gallumbos y calcetines en Navidad y les sirven para todo el año. Es indignante. El día que se enteren que no soy ni nacionalista ni conservador me facturan a Tombuctú. Lo estoy viendo.

Y no me olvidaré de pasar por tu casa. Mañana tengo que ir a un colegio de un pueblo cerca de Bilbao para estar con unos pequeñajos. Aprovecharé para sacarme unas fotos con ellos, ya te las mandaré.

Sé bueno y pórtate bien. Y ponte en forma. Llevo seis meses haciendo spinning y estoy hecho un toro. Ya verás como Erika me felicita pasado mañana. Tengo el culo más duro que una piedra.

Un abrazo de tu colega vasco (o euskaldun, a ver si me va a leer Madrazo, o peor aún, los de Euskaltzandia...)

el Olentzero.