Como muchos amigos me preguntan estos días por la política vasca (tema complejo donde los haya), he decidido redactar una especie de FAQ (Preguntas y respuestas más frecuentes). Creo que cubro todas las preguntas que me han hecho, pero seguro que se os ocurren algunas más.
¿Es un conflicto?
La palabra 'conflicto' no gusta en ciertos sectores, pero sí define una realidad en la que una parte importante de los vascos demandan mayor autonomía o, incluso, la independencia. Por otra parte, otra parte de los vascos entienden que el régimen actual, basado en el Estatuto y la Constitución, es válido. Este conflicto político se ve radicalizado por el hecho de que una banda terrorista defiende los postulados de una de las partes con métodos violentos.
ETA descompensa el conflicto. Y este sobrepeso que introduce en la balanza es precisamente el argumento que siempre se ha utilizado contra cualquier negociación. Si no se quita ese peso que desequilibra la balanza, no es posible sentarse a hablar para buscar una solución.
¿Una solución al conflicto?
Un enfrentamiento entre dos intereses contrapruestos sólo puede arreglarse buscando un camino intermedio, que probablemente no satisfará a todos pero sí será el menos malo para todos. A este camino intermedio se le suele denominar solución. En el caso del conflicto vasco, debe conjugar un reconocimiento de la soberanía del pueblo vasco para tomar decisiones autónomas con pactos con el Estado que limiten ese tipo de decisiones. Difícil, claro está.
¿Esto lo permite el Estatuto de Autonomía?
En principio, no. El Estatuto no es un pacto entre Estado y vascos, sino una concesión del Estado. Por si fuera poco, en su momento fue rechazado por AP y HB, aunque los herederos de los primeros lo han acabado aceptando.
A día de hoy, todos los partidos dan por hecho que el Estatuto de Autonomía se va a revisar para:
-Ampliar las competencias del Gobierno Vasco y las diputaciones forales.
-Dar algún tipo de soberanía al pueblo vasco para que se pueda tomar alguna decisión sin necesidad de pasar por Madrid. Como se ha visto en el caso catalán, esto es lo más complicado.
-Dotar al Gobierno Vasco de capacidad de interlocución con Europa en algunos asuntos que son de su competencia exclusiva.
¿Qué es el plan Ibarretxe?
El plan Ibarretxe no es sino una propuesta de nuevo estatuto de autonomía. Fue aprobado por mayoría absoluta en el Parlamento Vasco (39 votos, que incluían 3 de Batasuna y todos los de PNV, EA y Ezker Batua) y después rechazado en el Congreso. Básicamente incluía diversas transferencias de competencias, de tal forma que el Estado sólo mantendría la gestión de los asuntos exteriores y los grandes asuntos económicos. A diferencia del caso catalán, no había dinero en juego. Eso sí, daba mucha importancia a la creación de selecciones deportivas, vieja aspiración del nacionalismo.
En lo que al derecho de autodeterminación se refiere, el plan ibarretxe parte del reconocimiento del derecho del pueblo vasco a decidir su propio futuro y promulga para él la "nacionalidad vasca". Batasuna criticó esta parte porque reconocía la existencia de varios pueblos vascos: el navarro, el de la CAV (Alava, Bizkaia y Gipuzkoa) y el del sur de Francia (Iparralde).
A diferencia de lo que ocurrió con el Estatut catalán, el PSOE nunca ha aceptado el Plan Ibarretxe, porque no está consensuado ni con los partidos constitucionalistas ni con el Gobierno central. Para evitar que se le acusara de paralizar la propuesta de Ibarretxe sin aportar sus propias ideas, el PSOE llegó a redactar, con ayuda de Emilio Guevara, un texto de reforma estatutaria. También se han preparado las bases para establecer una reforma constitucional que amplíe las competencias de ciertas comunidades autónomas garantizando su permanencia dentro del Estado.
¿Y qué es el referéndum de Ibarretxe?
El plan Ibarretxe incluye varias fases que deberían desembocar en una consulta popular a todo el pueblo vasco (en principo, sólo la Comunidad Autónoma Vasca) para aprobar finalmente el nuevo estatuto.
¿Se está negociando actualmente con ETA?
Nadie lo ha reconocido públicamente. Es sabido que ha habido contactos entre miembros del PSE y Batasuna y entre miembros de UGT y LAB (el sindicato próximo a Batasuna). Eso sí, aunque todavía no haya negociación, cuando el presidente del Gobierno dice tener datos "reservados" de que estamos cerca del principio del fin se refiere sin duda al inicio de una negociación con ETA.
¿Cuáles son esos datos reservados que tiene el Gobierno?
Sólo Zapatero lo sabe. Pero estos son algunos de los hechos objetivos que se han mencionado en la prensa:
-La debilidad de ETA, que sería manifiesta
-ETA habría decidido dejar las armas en una fecha próxima (el día del aberri eguna, se ha llegado a decir)
Y si no está negociando todavía, ¿a qué espera el Gobierno central?
A que haya una declaración oficial de abandono de las armas. Lo puso de manifiesto a través de una declaración del Congreso, que sólo fue rechazada por el PP, en la que expresamente se pedía que ETA diera "señales inequívocas" de su disposición a abandonar las armas.
¿Qué sucedería al día siguiente?
En caso de que ETA diera señales inequívocas de su disposición a abandonar las armas y previa autorización del Congreso, el Gobierno de Zapatero abriría un proceso de diálogo con todos aquellos que hayan decidido renunciar a la violencia. Batasuna ha reconocido implíticamente que ETA y Gobierno buscarían conjuntamente una salida a los presos y una fórmula para la entrega de las armas. Eso significa, en la práctica, que la solución política debería venir de los partidos y no del diálogo ETA-Gobierno.
¿Y a qué espera Batasuna?
Siguiendo el ejemplo irlandés, Batasuna ha reiterado su deseo de que se produzca una especie de declaración de Downing Street, que en el fondo no es más que un escrito firmado por el Gobierno en el que se compromete a que el futuro de Euskadi dependa de la decisión del pueblo vasco. Después de esta declaración, el IRA declaró un alto el fuego. En el estadio Anoeta, los portavoces de Batasuna apostaron en noviembre de 2004 por las vías políticas. ETA aceptó esta "propuesta de Anoeta" en un comunicado emitido a finales de 2005. Se dice que la banda terrorista ha vivido un intenso debate interno en el que ha quedado claro que una parte importante de ETA apuesta por las vías pacíficas.
¿Por qué se dice que es la última oportunidad para ETA?
Puede ser un simple órdago, pero hay quien cree que el consenso europeo en la lucha contra el terrorismo es tan fuerte que hoy en día ETA no sobreviviría mucho tiempo como banda cohesionada si España pide a sus vecinos europeos que pongan todos los medios necesarios para luchar contra ella. No hay que olvidar que ETA es hoy en día el último movimiento terrorista que queda en la UE y todos los socios europeos están decididos a suprimirlo.
¿Y qué pintan las mesas de partidos?
Supuestamente, el Gobierno ha prometido a Batasuna que, si en su seno ganan las tesis favorables al final de la violencia, se crearía una mesa de diálogo político entre partidos. En esta mesa, cuya finalidad sería debatir una reforma del Estatuto y una mayor relación entre la CAV (Comunidad Autónoma Vasca) y Navarra, podría participar Batasuna, que también podría presentarse a las elecciones.
Esta mesa de partidos se parece mucho a la que también pretende crear Ibarretxe, de acuerdo con su plan, para afrontar la "normalización política". Pero ya hay una mesa de partidos en marcha, la denominada 'Foro de Debate Nacional', constituida por Batasuna, Aralar y EA, además de organizaciones sindicales y sociales. En la práctica, esta última mesa apenas tiene actividad.
¿Hacen falta mediadores?
En todos los contactos que ha habido históricamente entre ETA y el Gobierno siempre surgía la necesidad de introducir la figura de un mediador. El más reciente fue Juan María Uriarte, actual obispo de San Sebastián. En otros momentos, Rafa Díez Usabiaga, secretario general de LAB, jugó este papel. Y más recientemente se ha vuelto a hablar de un miembro de la cúpula religiosa de origen vasco, en este caso el cardenal Roger Etchegaray, aunque el Gobierno lo ha negado tajantemente.
Mientras tanto, ¿están todos quietos?
No. Algunos dirigentes del PSE (los que más han sonado son Jesús Eguiguren y el ex consejero Francisco Egea) han mantenido contactos con miembros de Batasuna (los únicos que han trascendido son Arnaldo Otegi y Pernando Barrena). Desde el lado contrario, se han pedido señales del tipo "acercamiento de presos" o "derogación de la Ley de Partidos", pero el Gobierno se ha negado reiteradamente a darlas para no dar argumentos al PP y a ciertos sectores del PSOE, que se oponen a todo atisbo de flexibilidad hacia los terroristas.
Y ETA, ¿por qué lleva tanto tiempo sin matar?
Además de las razones técnicas (dificultades para que sus comandos actúen en España), se habla de un fuerte debate en el seno de la organización armada. Las tesis a favor del alto el fuego estarían supuestamente imponiéndose, lo que explica por qué ETA prefiere no actuar.
¿Qué pinta en todo esto el PNV?
La falta de protagonismo del PNV influyó negativamente en el proceso de Argel. Por eso, en esta ocasión, Zapatero ha tratado de mantener un contacto fluido tanto con el lehendakari Ibarretxe como con el presidente del PNV, Josu Jon Imaz. El PNV pide al Gobierno central que elimine la Ley de Partidos, que permitió la ilegalización de HB, y el Pacto Antiterrorista entre PP y PSOE.
¿Y que hará Batasuna una vez lograda la paz?
El primer paso es que se legalice. Se habla de las elecciones municipales de 2007 para poder ver candidaturas legales de Batasuna. En segundo lugar, pasará a competir por los votos con el resto de partidos y probablemente empezará a participar activamente en las instituciones.
Se ha llegado a comparar su situación con la de ERC. De hecho, hay quien cree que el PSE quiere ganarse a Batasuna para que ambas fuerzas políticas puedan, en un futuro próximo, compartir labores de gobierno en Euskadi, como alternativa al PNV en Vitoria-Gasteiz y a UPN en Pamplona.