Aparquemos la política de partidos por un día y pasemos a la política localista. Todavía resuenan en Bilbao los tubos de escape de los bólidos que durante tres días han arrasado con el asfalto de sus principales calles. La mayor bilbainada de la historia se ha saldado con un gran éxito para los organizadores y Vocento, una cierta indiferencia para la población y algunas tímidas voces en contra, entre las que destacan grupos ecologistas o el director de la edición vasca de El País, Emilio Alfaro.